El tocadiscos es la fuente más analógica que existe, ya que se basa en un principio bastante básico: extraer y amplificar la música contenida en un disco de vinilo, más concretamente en un surco en espiral grabado en él. Para ello emplea una aguja que recorre la pista grabada en el soporte, reproduciendo la vibración almacenada en él y amplificando dicha vibración. Esta vibración la captura una cápsula fonocaptora que actúa como transductor para convertir las vibraciones mecánicas en variaciones eléctricas.
Se trata por tanto de uno de los componentes elementales de un giradiscos, un elemento crucial en nuestro equipo de sonido al ser el responsable de extraer la información de los surcos. Podemos disponer un buen tocadiscos, un brazo de calidad y un previo de fono estupendo, pero si nuestra cápsula es mediocre, el sonido que obtendremos también será mediocre.
Para llevar a cabo esta tarea, la cápsula fonográfica dispone de múltiples subsistemas que actúan de forma conjunta para crear la señal, donde la aguja sujetada a un vástago se desplaza por el surco, montada en un elemento denominado cantiléver el cual está soportado por una suspensión de goma.
Los tipos de cápsulas fonocaptoras más extendidos son las MM (imán móvil) y las MC (bobina móvil) y. En las MM el movimiento de la aguja actúa sobre un imán que envía la señal hacia una bobina, mientras que en las MC, el movimiento de la aguja actúa directamente sobre la bobina.
El funcionamiento de una cápsula de imán móvil MM se basa en un pequeño imán apoyado en el extremo del vástago de la aguja que queda suspendido entre dos bobinas. La vibración del imán induce una pequeña corriente en las bobinas. Estas cápsulas son compatibles con cualquier entrada para tocadiscos estéreo de cualquier equipo hi-fi. En este tipo de cápsula, el usuario puede sustituir la aguja.
En una cápsula de bobina móvil MC, es la bobina la que está unida a la aguja. El imán está situado muy próximo a las bobinas, que están construidas con hilo extremadamente fino. La salida de las cápsulas de MC es muy débil (algo que está relacionado con el tamaño de la bobina.) Por lo general las cápsulas MC requieren de un preamplificador específico que aumente el nivel de la señal.
Sobre si es mejor una MM o una MC, hay diversos puntos de vista, todo depende del nivel del equipo y de nuestras preferencias. El desplazamiento de la aguja por el surco musical no es una tarea precisamente sencilla. Los cambios rápidos de amplitud de señal alojados en un vinilo requieren un generador capaz de reaccionar de manera muy rápida a sus colinas y valles, y al mismo tiempo permanecer firmemente alojada dentro del surco. Para llevar esto a cabo con éxito, el ensamblaje de la aguja debe ser liviano, pero rígido a la vez: ligero para responder rápidamente y mantener el desgaste récord al mínimo, y rígido para transmitir de forma rápida y precisa las vibraciones desde la punta de la aguja al generador.
El conjunto debe tener muy poca resonancia, y cualquier resonancia que se genere no solo debe mantenerse fuera de la banda audible de frecuencias (20 a 20,000 Hz) para que no afecte la calidad del sonido que produce, sino también debe ser lo suficientemente baja en frecuencia para no enfatizar ningún ruido inherente a los graves, como puede ser el típico estruendo del tocadiscos. El énfasis de tales frecuencias puede causar problemas de seguimiento de la aguja (tracking), afectar a la calidad del sonido y manifestar problemas de retroalimentación entre los altavoces y la cápsula.