Si estás leyendo este artículo en esta página dedicada al sonido, no me va a resultar difícil que te intereses por mi gran pasión: la musicoterapia.
Me llamo Montse, soy musicoterapeuta, co-creadora junto con mi compañera y amiga Nadia de “A tu LaDo -musicoterapia-”, dando apoyo principalmente en procesos de enfermedades limitantes, trastornos neurodegenerativos y en final de vida.
LA MÚSICA
Estoy segura de que, aún sin tener formación en esta disciplina, eres consciente de la potencia que tiene la música para cambiar los estados de ánimo, expresar lo que no se puede expresar con palabras, para conectarnos, evocar recuerdos, para estimular nuestro cerebro o hacernos sentir partícipes de algo (himnos, consignas con ritmo…) de la misma manera que las grandes superficies la emplean para tratar de manipular nuestra compra en el supermercado…
Todos llevamos la música en nuestro interior. Ya desde el vientre materno los sonidos nos envuelven: alrededor de las 16 semanas, ya podemos oír el latido del corazón de mamá, su respiración… El oído es de los primeros sentidos en desarrollarse y el último en desconectarse.
LA MUSICOTERAPIA
La musicoterapia es una disciplina que aprovecha el potencial de la música con fines terapéuticos, aportando beneficios en la salud de las personas.
Sus propiedades le permiten intervenir en todos los ámbitos de salud, desde la prevención (como puede ser el envejecimiento activo, tan en boga últimamente), pasando por rehabilitaciones que requieren mucho esfuerzo (accidentes o ictus), discapacidades, enfermedades neurodegenerativas, salud mental, enfermedades limitantes, en final de vida…
En todos los ámbitos de la salud, la musicoterapia puede intervenir como terapia complementaria. En las redes circulan cada vez más, vídeos donde se ven personas con alzheimer avanzado, que a pesar de ya ni siquiera pueden hablar, sorprendentemente salen de su letargo para cantar o bailar al escuchar aquella música que ha sido significativa en sus vidas. Esto es real y visualmente muy espectacular, pero hay que remarcar que la musicoterapia es igual de eficaz en otros ámbitos no tan conocidos.
Al final adjunto enlaces en los que se ven otras intervenciones como la recuperación de una afasia (pérdida de la facultad de hablar) o personas que pueden sentir felicidad en el final de sus vidas, todo ello gracias a la musicoterapia.
LA IDENTIDAD MUSICAL
La pregunta del millón y que nos hacen siempre a los musicoterapeutas, es sobre qué música funciona, y lo cierto es que NO hay una “receta” específica. Para que la terapia sea del todo efectiva se debe conocer bien a la persona, saber su historia y experiencias vitales, sus gustos musicales y sonoros, en definitiva, tratamos de aproximarnos a su identidad musical.
Esto es especialmente importante: Trabajamos con personas vulnerables y hay que cuidar mucho el material utilizado. Una misma pieza musical puede evocar sensaciones y emociones muy diferentes de una persona a otra. Lo que para una puede ser agradable, a otra le puede evocar malos recuerdos.
Los gustos musicales del musicoterapeuta son irrelevantes, ya que se deben adaptar a las preferencias de las personas con las que se trabaja.
PAPEL DE LOS CONOCIMIENTOS MUSICALES
Otra duda frecuente es sobre si las personas tratadas deben tener conocimientos musicales. La respuesta es NO. Los objetivos de la musicoterapia no son musicales. La musicoterapia es un proceso que busca mejorar la salud a través de la música.
No obstante, se puede dar el caso que aprender música también pueda ser terapéutico.
En el ámbito de la musicoterapia se pueden emplear técnicas diversas las cuales se diferencian en si la persona participa activamente produciendo sonidos o si simplemente participa escuchando. Se aplicará una técnica u otra dependiendo del objetivo a trabajar y del estado de la persona.
La participación activa promueve la expresión de las emociones, la comunicación, la modificación del estado de ánimo, las rehabilitaciones motoras (pensemos por ejemplo en personas que han sufrido ictus, accidentes…), la integración social, la preservación de las facultades cognitivas, la ralentización en los trastornos neurodegenerativos (alzheimer, etc)
La participación pasiva (escucha) promueve la relajación, la sensación de paz, activa recuerdos y emociones.
Relajaciones, viajes sonoros (en los que la persona se puede “trasladar” a lugares agradables viajando con la mente, dejándose llevar por los sonidos) y visualizaciones guiadas (en las que el musicoterapeuta con su voz apoyándose en la selección musical apropiada, induce una experiencia no musical), forman parte de esta técnica.
Hay que remarcar que las personas tratadas con musicoterapia aumentan su sensación de felicidad, lo que se traduce en un aumento significativo en lo que a calidad de vida se refiere.
MUSICOTERAPIA EN EL MUNDO
En nuestro país la musicoterapia no es una profesión reconocida. La formación que disponemos es a nivel de máster.
No obstante, y debido a la multitud de estudios que ponen en valor la musicoterapia, cada vez hay más países que la integran en los servicios de salud, siendo el musicoterapeuta un miembro más del equipo interdisciplinar.
Existen hospitales como el Mount Sinai en New York, en los que la música impregna todas las áreas, desde el hall donde hay músicos tocando en directo, hasta las diferentes especialidades, donde la medicina tradicional convive con la musicoterapia, obteniendo mejoras importantes en los tratamientos.
LA IMPORTANCIA DE LA CALIDAD DEL SONIDO
Antes se ha comentado que el objetivo de la musicoterapia no es meramente musical y que las personas a tratar no es necesario que tengan formación alguna en esta disciplina. Dicho esto, hay que aclarar que para que la experiencia sea lo más placentera posible, es importante que los medios musicales que aporta el musicoterapeuta sean de la mejor calidad posible.
Los instrumentos utilizados en sesión deben tener un buen sonido y en el caso de la música grabada, el sistema de sonido debe cumplir los requisitos de tener un equilibrio entre portabilidad (en nuestro caso nos desplazamos a domicilio) y calidad. Personalmente y por recomendación de Style Sound utilizo un LOEWE HEAR del que estoy muy satisfecha.
SONGWRITING
El songwriting es una técnica que utilizamos mucho. Se trata de crear canciones personalizadas con lo que la persona desee expresar. Es una técnica muy potente que facilita la comunicación cuando cuesta poner palabras a lo que se está viviendo, con lo que su efecto terapéutico es enorme.
Cada persona elige de qué quiere hablar. Los temas que surgen son muy variados, pueden ir desde los síntomas físicos que experimentan, a hacer una revisión de sus vidas o dejar mensajes y consejos a los seres queridos.
Una vez acabada la canción, lo habitual es cantarla con la familia, lo que les proporciona una conexión muy especial.
El efecto del songwriting parece casi mágico, transforma a las personas al poder exteriorizar lo que llevan dentro y que de otra manera es muy difícil que se llegue a dar.
TESTIMONIOS GRÁFICOS
Para finalizar, comparto enlaces a videos en los que se aprecia más claramente que en mis palabras, el poder de la musicoterapia de la mano de Carla Navarro y Mireia Serra, dos grandes musicoterapeutas en España que trabajan, como nosotras, en final de vida. Los testimonios que se recogen reflejan muy bien el trabajo de musicoterapia en esta etapa.
Testimonio sobre qué le ha aportado la musicoterapia a una persona que atendimos desde A tu LaDo en el final de su vida. Quiso hacer esta grabación para dar visibilidad a que hay otra manera de vivir esos momentos:
Aunque en principio puede parecer de gran dureza trabajar en esta especialidad como bien dice Carla, trabajamos con la vida. No hay fatalidad ni desesperación, bien al contrario, emerge la paz y el amor.
En este otro video se aprecia el poder de la música en una persona con alzheimer avanzado:
En este otro se puede apreciar como una persona que ha perdido la facultad de hablar, a partir de una melodía, con la técnica Melodic Intonation Therapy (MIT), consigue recuperar el habla:
Montse López
Musicoterapeuta especializada en trastornos neurodegenerativos, enfermedades limitantes y final de vida.